LA DANZA COMO ESTRATEGIA PARA DESARROLLAR LA CAPACIDAD COORDINATIVA EN NIÑOS DE 7 A 9 AÑOS
DANCE AS A STRATEGY TO DEVELOP COORDINATIVE ABILITY IN CHILDREN AGED 7 TO 9 YEARS
Autores: 1Perea Zambrano Emily Paulette, 2Jiménez Salazar Edward Cristopher 3Francisco Reinaldo Villao Villacrés.
¹ORCID ID: https://orcid.org/0009-0008-6666-7533
²ORCID ID: https://orcid.org/0009-0004-0297-771X
3ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-8935-8302
¹E-mail de contacto: emily.pereaza@ug.edu.ec
²E-mail de contacto: edward.jimenezsa@ug.edu.ec
3E-mail de contacto: francisco.villaov@ug.edu.ec
Afiliación:¹*²*³*Universidad de guayaquil (Ecuador)
Articulo recibido:2 de Marzodel 2025
Articulo revisado: 2 de Marzo del 2025
Articulo aprobado: 22 de Abril del 2025
¹Estudiante de la Facultad de Ciencias de la Actividad Fisica de la Universidad de Guayaquil (Ecuador)
² Estudiante de la Facultad de Ciencias de la Actividad Fisica de la Universidad de Guayaquil (Ecuador)
3Licenciatura en Lengua Inglesa Especialización Lingüística y Literatura adquirida de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil (Ecuador). Magister en Ciencias de la Educación mención Investigación Educativa adquirida de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil (Ecuador); Doctorante en Educación, Universidad Nacional del Rosario (Argentina)
El objeto de estudio de esta investigación es la danza como estrategia pedagógica para el desarrollo de la capacidad coordinativa en los niños de 7 a 9 años de edad. Esta etapa del desarrollo infantil es crítica en la adquisición de habilidades motoras, tanto gruesas como finas y cognitivas. La coordinación, definida como la integración de movimientos puede fortalecerse con actividades recreativas como la danza. Observando a 40 niños del Centro Educativo “Nuestra Señora del Carmen” se tuvo en cuenta criterios tales como: equilibrio, ritmo, sincronización, fluidez de movimientos e interés por la danza. La metodología empleada fue descriptiva con enfoque mixto y diseño no experimental. Se obtuvieron resultados que indican que la danza mejora la comunicación no verbal, fomenta la participación activa, la colaboración grupal y el desarrollo de motricidad básica. También, se aprecia que los padres y docentes de la institución valoran la danza incorporada al currículo escolar. Las limitaciones provenientes de recursos institucionales y de formación docente fueron igualmente identificadas. Esta propuesta finaliza con una guía didáctica con ocho sesiones de danza rotuladas según objetivo pedagógico y capacidades específicas de coordinación. Se determina que la danza no solo refuerza la coordinación motora, sino el desarrollo cognitivo, emocional y social del niño, constituyéndolo un instrumento eficaz en su formación integral.
Palabras clave: Danza, Coordinación, Habilidades motrices, Desarrollo infantil, Estrategia pedagógica
Abstract
This study examines dance as a pedagogical strategy to enhance coordination skills in children aged 7 to 9. This developmental stage is crucial for strengthening gross and fine motor skills as well as cognitive abilities. Coordination, defined as the neuromuscular system's ability to perform efficient and harmonious movements, can be significantly improved through playful activities like dance. An observation guide was applied to 40 students from "Nuestra Señora del Carmen" School, evaluating indicators such as balance, rhythm, synchronization, movement fluency, and engagement. The methodology followed a descriptive, mixed-method, non-experimental design. Results showed that dance encourages active participation, improves body expression, promotes teamwork, and develops essential motor skills. Additionally, both teachers and parents viewed the integration of dance into the school curriculum positively. However, limitations were noted, particularly concerning institutional resources and teacher training. The proposal includes a didactic guide of eight dance sessions designed according to pedagogical goals and specific coordination capacities. In conclusion, dance not only enhances motor coordination but also positively influences the emotional, cognitive, and social development of children, making it a comprehensive educational tool.
Keywords: Dance, Coordination, Motor skills, Child development, Pedagogical strategy
Sumário
A educação financeira é um direito fundamental Este estudo analisa a dança como uma estratégia pedagógica para o desenvolvimento da capacidade coordenativa em crianças de 7 a 9 anos. Essa fase do desenvolvimento infantil é essencial para consolidar habilidades motoras grossas, finas e cognitivas. A coordenação, entendida como a capacidade do sistema neuromuscular de executar movimentos eficientes e harmoniosos, pode ser fortalecida por meio de atividades lúdicas como a dança. Foi aplicada uma guia de observação em 40 alunos da Unidade Educativa "Nuestra Señora del Carmen", avaliando indicadores como equilíbrio, ritmo, sincronização, fluidez dos movimentos e interesse pela atividade. A metodologia foi descritiva, com abordagem mista e desenho não experimental. Os resultados revelaram que a dança favorece a participação ativa, melhora a expressão corporal, promove o trabalho em equipe e desenvolve habilidades motoras essenciais. Pais e professores também perceberam de forma positiva a inclusão da dança no currículo escolar. Contudo, foram identificadas limitações relacionadas a recursos institucionais e à formação docente. A proposta final incluiu um guia didático com oito sessões de dança estruturadas conforme objetivos pedagógicos e capacidades coordenativas. Conclui-se que a dança fortalece a coordenação motora e impacta positivamente no desenvolvimento emocional, cognitivo e social da criança, configurando-se como uma ferramenta educacional integral.
Palavras-chave: Dança, Coordenação, Habilidades motoras, Desenvolvimento infantil, Estratégia pedagógica
Introducción
El artículo analiza la aplicación de la danza como estrategia de enseñanza para mejorar el desarrollo de la capacidad de coordinación de niños de siete a nueve años. Durante este período del desarrollo infantil, las habilidades motoras gruesas y finas se están desarrollando de manera rápida, y su adecuada estimulación es importante para el desarrollo holístico. La coordinación, como la capacidad del sistema neuromuscular para realizar movimientos de manera precisa y eficiente, está directamente relacionada con las actividades físicas, cognitivas y emocionales.
Sin embargo, es evidente que muchos entornos escolares tienden a descuidar actividades expresivas como la danza, y por lo tanto limitan el desarrollo corporal, imaginativo y psicomotor de los estudiantes. Para abordar este problema, la propuesta es utilizar la danza como una estrategia de enseñanza lúdica que incorpora ritmo, expresión, movimiento y colaboración. La investigación se realizó en la Unidad Educativa “Nuestra Señora del Carmen” en Guayaquil, aplicando una guía de observación de estudio de caso a 40 estudiantes. Se evaluaron indicadores de coordinación como el equilibrio, el ritmo, la orientación espacial y la fluidez del movimiento. Además, se consultó a algunos maestros y padres sobre sus percepciones acerca de los efectos de la danza en el aprendizaje y desarrollo emocional de los estudiantes.
Este artículo tiene como objetivo demostrar la necesidad de incorporar estrategias basadas en el arte en el currículo escolar mediante el diseño de una propuesta de enseñanza específica en la forma de una guía de actividades de danza. Se espera que los hallazgos ayuden a promover un enfoque más integral o holístico en la educación física escolar en la que se incorporan componentes emocionales, sociales y motores en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Importancia del desarrollo coordinativo en la infancia
El desarrollo de habilidades coordinativas es un elemento importante del crecimiento holístico de una persona durante la infancia. La capacidad de realizar el control del movimiento, el equilibrio, la coordinación de las extremidades y la ejecución de actividades motoras complejas está intrínsecamente relacionada con el desarrollo neurológico que ocurre entre los siete y los nueve años. Como señala Caballero (2021), las actividades de juego que promueven la coordinación aumentan la activación de áreas cerebrales esenciales, creando conexiones fortalecidas dentro de los sistemas motor y cognitivo.
Alrededor de esta edad, los niños tienen una mayor conciencia de sus cuerpos, lo que les permite perfeccionar habilidades básicas críticas para su escolaridad y vida social. Rodríguez y Aguilar (2021) argumentan que los déficits de coordinación impactan no solo en el rendimiento físico del individuo, sino también en su autoestima y en la inclusión social debido a la limitada participación en actividades recreativas, deportivas y rutinarias.
Por lo tanto, esforzarse por una mejor coordinación motora desde una edad temprana no es solo una necesidad pedagógica; es un imperativo educativo que se entrelaza con el bienestar emocional, el rendimiento académico y la capacidad de adaptarse a nuevos entornos.
La danza como herramienta pedagógica
La danza ha surgido como una herramienta pedagógica integral que promueve el desarrollo de habilidades a niveles psicomotores, cognitivos y socioemocionales entre los niños. Su naturaleza rítmica, expresiva y cooperativa alimenta el aprendizaje significativo a través del movimiento.
Estevez (2020) sugiere que participar en ballet requiere un control preciso del cuerpo, lo que lo hace ideal para aumentar la coordinación motora global del individuo. La danza puede entrenar la lateralidad, la orientación en el espacio, el ritmo y el equilibrio, todo dentro de un contexto flexible a múltiples entornos escolares.
Gutiérrez L. (2021) afirma que los programas de educación primaria que incorporan danza reportan mejoras significativas en la sincronización motora, la percepción espacial y el control del cuerpo. Además, estas actividades son bien conocidas por mejorar la disciplina, la autoestima y la colaboración. Desde una perspectiva neuroeducativa, la danza involucra la memoria corporal y la atención, activando los sistemas sensorial, motor y afectivo de manera concurrente; por lo tanto, la adición de danza en las clases de educación física mejora no solo el rendimiento físico, sino también la calidad del aprendizaje.
Conexión entre el lenguaje corporal y la coordinación
El lenguaje corporal es una manifestación directa de la coordinación motora y un enfoque efectivo para el aprendizaje significativo durante la infancia. Esto permite que el niño use su cuerpo como un medio de comunicación, desarrolló la percepción, el control postural y la creatividad. Cabezas (2023) argumenta que los movimientos expresivos y las actividades de improvisación fomentan la autoexploración corporal que potencia la integración sensorial y la conciencia espacial.
A través del lenguaje corporal, el niño no solo mejora sus habilidades motoras, sino que también mejora su identidad y autoestima. Colange (2018) enfatiza que el lenguaje corporal es importante para el desarrollo de la inteligencia emocional porque proporciona una salida para las emociones y ayuda a mejorar la autoestima, la empatía y la socialización. Estas habilidades son fundamentales para establecer relaciones saludables, regular las emociones y enfrentar los desafíos escolares. En este sentido, trabajar en el lenguaje corporal dentro del currículo tiene como objetivo no solo mejorar la coordinación, sino también dotar al estudiante de la confianza necesaria para abordar los desafíos sociales y escolares de manera directa.
La danza desde un enfoque integral en la primera infancia.
Distintos autores coinciden en que la danza potencia el desarrollo integral del niño en sus distintas dimensiones. Esto sucede porque, además de las ventajas físicas que posee, el bienestar emocional y psicológico es primordial. Nuevamente, los autores analizados coinciden en que permitir que el niño pueda mejorar su autoestima, poner bajo control la cantidad de estrés y canalizar emociones mediante la danza es significativa en su desarrollo.
Amat y Alandete (2024) sostienen que la práctica regular de la danza a nivel observador y ejecutor siempre produce bienestar, pues al ejecutar movimientos siente placer interno y puede liberar externamente expresiones que, generalmente, permanecen reprimidas. Por este motivo, la danza y las actividades que implican moverse estimulan la producción de endorfinas en los niños a la regulación de sus emociones.
Ella añade “la danza favorece el desarrollo integral de todos los niños, por cuanto les ofrece la posibilidad de un lugar seguro para la expresión de sus emociones”. En un grupo propone con mayor certeza el desarrollo de las actitudes prosociales tales como: la empatía, colaboración y aceptación de la diferencia. La danza permite mejorar retrasos y alteraciones en la motricidad. De la misma manera, es posible afirmar que ayuda significativamente en los problemas de imagen personal y del autoconcepto, donde se vuelve fundamental el escolar porque los niños necesitan construir su identidad y su sentido de pertenencia.
Significado de la danza en el desarrollo cognitivo y académico
Las conexiones entre la danza y el desarrollo cognitivo han recibido considerable atención debido a la investigación neuroeducativa. Megías (2009) señala que el movimiento creativo con ritmo y música involucra procesos cognitivos complejos como la atención, la memoria y la percepción. Estos factores son instrumentales para alcanzar metas académicas. Debido a que la danza implica secuenciación, coordinación y repetición complejas, fortalece la memoria de trabajo y la atención, ayudando así al aprendizaje en alfabetización y numeración.
Esta sinergia entre el cuerpo y la mente permite que la danza sea utilizada como una herramienta de enseñanza efectiva para fomentar un aprendizaje significativo. Además, su implementación en el aula ha demostrado aumentar la participación activa, lo que a su vez mejora la motivación y el logro académico entre los estudiantes. Un psicólogo del desarrollo, Estévez (2020), argumenta que las experiencias motrices rítmicas fomentan el desarrollo del razonamiento lógico y las habilidades lingüísticas.
Percepción social y cultural de la danza en contextos educativos.
La danza cultural tiene el propósito de inculcar y realzar la cultura y los valores dentro de una comunidad. En el entorno escolar, promueve la unidad y el aprecio hacia los antepasados. Como señala Vergara (2021), la danza actúa como una herramienta biopsicosocial que fomenta la autoestima, las relaciones interpersonales y la apreciación de las habilidades motrices a través de la diversidad cultural.
Al integrar clases de danza en el currículo, los estudiantes pueden salvar el patrimonio cultural distintivo de una región particular y aprender a apreciar otras culturas. A través de la danza, los estudiantes están preparados para enfrentar los desafíos globales emergentes al desarrollar competencias en comunicación, interacción intercultural y creatividad (Dallal , 2020). Además, la participación activa de las familias en programas escolares relacionados con la danza fortalece la conexión entre la escuela y el hogar, fomentando un ambiente de aprendizaje más holístico y atractivo.
Efectos psicológicos de la danza en el desarrollo infantil.
En los niños, la danza permite la modulación emocional porque a través del movimiento pueden expresar, de maneras que de otro modo serían difíciles de articular, una miríada de emociones. La forma en que el cuerpo y los sentimientos se interrelacionan permite a los estudiantes manejar el estrés y la ansiedad de una manera más positiva. En entornos escolares, donde las expectativas, los plazos y la competencia pueden generar mucha presión, la danza sirve como una salida importante para el alivio emocional. Amat y Alandete (2024) argumentan que la danza fomenta el bienestar psicológico y ayuda a restaurar el equilibrio emocional, particularmente durante etapas de desarrollo sensibles como la infancia.
La danza también fomenta significativamente la autoestima. A medida que los niños aprenden nuevos pasos, dominan habilidades motoras y participan en recitales grupales, obtienen un sentido de logro que incrementa su confianza (Mero-Delgado, & Bolívar-Chávez, , 2022).
Esta mayor autoevaluación impacta positivamente su actitud hacia el aprendizaje y sus interacciones sociales. Las mejoras duraderas en el autoconcepto conducen a mejores interacciones sociales, mayor motivación y un mayor compromiso académico. Desde una perspectiva sociocultural, es esencial destacar que, como señala Higinio (2020), la práctica regular de la danza está vinculada a un aumento de la autoconfianza, la motivación intrínseca y el sentido de pertenencia dentro de la escuela.
Las actividades dancísticas grupales refuerzan las habilidades sociales. El trabajo en equipo y la coordinación requieren de comunicación no verbal, lo cual cultiva la empatía y el respeto. Estos componentes son esenciales en el desarrollo infantil, donde los niños socializan por primera vez. La danza ayuda a que los vínculos interpersonales que se relacionan con las experiencias compartidas se fortalezcan (Ríos Arce, 2010).
Finalizando, desde un enfoque clínico, se dice que los programas escolares que realizan danza como parte fundamental del currículo tienen efectos terapéuticos evidentes en la población infantil, sobre todo para aquellos con dificultades emocionales o de desarrollo. La danza impone orden, ritmo, control, pero también permite libertad de movimiento, lo que facilita la expresión. Por lo tanto, se puede afirmar que la danza favorece la inclusión y el bienestar psicológico del niño.
La importancia de la danza en el desarrollo cognitivo y académico.
La danza es única porque consiste en una intrincada mezcla de habilidades cognitivas, sensoriales y motoras, que involucra diferentes áreas del cerebro de manera simultánea. Debido a que la danza utiliza varios sentidos a la vez, ayuda con la atención sostenida, la memoria de trabajo e incluso la planificación del movimiento. Según un estudio de Megías (2009), los movimientos rítmicos con música mejoran funciones ejecutivas importantes como la inhibición de respuestas conductuales impulsivas y la toma de decisiones, que son esenciales para el aprendizaje escolar.
Además, la repetición estructurada de la coreografía mejora la codificación y recuperación de la información, impactando así la memoria. Estévez (2020) señala que los niños que participan en actividades físicas rítmicas como la danza tienden a desempeñarse "por encima del promedio" en tareas que requieren alfabetización e incluso realizan funciones de orden superior como el razonamiento lógico (Cognifit, 2018). Esto muestra que el cuerpo en movimiento no solo trabaja en el acondicionamiento, sino que también fortalece la mente.
Asimismo, la danza potencia la creatividad, la toma de decisiones en tiempo real y las habilidades para resolver problemas. Durante las sesiones coreográficas abiertas, los niños responden a sonidos e interactúan con sus compañeros (Analuiza, 2016). Esto les requiere autorregularse en muchos niveles, desarrollar así flexibilidad mental, adaptabilidad y capacidad de respuesta. Estas características son útiles no solo durante el proceso de aprendizaje, sino también en la vida cotidiana.
Incorporar la danza en el currículo escolar fomenta el aprendizaje práctico que contrasta con la instrucción mecánica convencional (Toro-Calonje, 2018). Este cambio permite que los niños se sumerjan en la actividad mientras se promueve la participación activa. Cuando la mente y el cuerpo trabajan juntos, se produce un aprendizaje significativo. Los estudiantes participan en el aprendizaje experiencial, lo que les ayuda a comprender los conceptos subyacentes así como el material.
Percepción Social y Cultural de la Danza en la Educación
Bailar permite a los niños apreciar y conectarse activamente con la historia de su comunidad. En entornos educativos, la práctica del baile promueve la identidad y ayuda a comunicar valores fundamentales, junto con tradiciones centrales y símbolos importantes. En palabras de Vergara (2021), “el baile tiene una función transformadora en la integración de lo emocional, lo corpóreo y lo cultural en la educación humana y contextual”. La creación de presentaciones artísticas con temas folclóricos o multiculturales en el nivel primario ha demostrado mejorar la autoestima colectiva de los alumnos. Estos procesos fomentan la inclusión junto con el respeto y el orgullo por la identidad al hacer visibles las diversas culturas presentes en el aula. Además, tales procesos ayudan a valorar las diferencias como diversidad educativa.
La danza en la educación primaria favorece en un nivel más profundo el desarrollo de competencias interculturales mediante la dotación de herramientas para la comunicación simbólica, el trabajo en colectivo, y el reconocimiento del otro. Este cambio no solo mejora el contenido curricular, sino que también mejora el tejido social de la comunidad educativa. Por último, la participación activa de los padres en las actividades de danza escolares contribuye a consolidar la relación familia-escuela. Esta interacción refuerza el vínculo afectivo que el niño tiene con su institución educativa, motivándolo y brindándole mayor seguridad. En este aspecto, la danza se convierte en un vehículo que une los saberes familiares y la cultura con la institución educativa.
Materiales y métodos
Para este estudio, se utilizó un enfoque mixto que permite dominar tanto los métodos cuantitativos como cualitativos para lograr una mejor comprensión del fenómeno. La investigación fue de campo, dado que la indagación se realizó en el contexto educativo donde se encuentra situada la problemática, es decir, la Unidad Educativa “Nuestra Señora del Carmen” en Guayaquil. Se optó por una modalidad no experimental descriptiva, que posibilitó la observación de las variables en su ambiente sin control deliberado.
Esta población estaba conformada por 53 integrantes de la comunidad educativa, los cuales eran alumnos de tercero de básica elemental (paralelos A y B), docentes de educación física, directivos y progenitores. La muestra elegida a partir de muestreo no probabilístico por inclusión consistió en 40 niños de 7 a 9 años, 3 docentes de educación física, 1 especialista en actividad física y 1 autoridad institucional. Se tuvieron en cuenta los principios de asistencia regular a clases de educación física, así como el deseo voluntario a participar en el estudio.
La técnica principal empleada durante la danza fue la observación que intentaba medir la capacidad coordinativa de los niños. Tal observación contiene indicadores como: ritmo, equilibrio y sincronización, orientación espacial, fluidez de movimientos en conjunto, colaboración y otros. Los datos recolectados se organizaron en tablas y posteriormente, utilizando Excel, se les aplican métodos estadísticos descriptivos.
Se realizó la consulta a los padres para determinar cuál es la percepción que tienen sobre el uso de la danza como estrategia pedagógica y si estaban dispuestos a apoyarla a nivel institucional. También entrevistamos a varios docentes y personas en autoridad para analizar en profundidad el marco cualitativo que rodea la propuesta, los problemas identificados y su factibilidad. Con esta combinación de métodos, logramos comprobar los resultados y, mediante el análisis, se formularon las recomendaciones fundamentadas con el contexto objetivo.
Análisis de resultados
Los datos recopilados a partir de la guía de observación indican que los niños que participaron de las actividades de danza presentaron una mejora notable en su capacidad de relacionarse coordinadamente. En la Figura 1 puede observarse que la mayor parte de los alumnos fue capaz de realizar movimientos sencillos con la música y mantener el equilibrio de forma estable. No obstante, otros aspectos como fluidez de los movimientos o coordinación con otros niños necesitan ser trabajados, dado que obtuvieron altos porcentajes en 'A veces' o 'Nunca' en la mayoría de las mediciones.
Estas evidencias ayudan a comprobar que la danza, como parte del currículo, ayuda a favorecer el desarrollo de algunos aspectos de la coordinación motora, en especial los que requieren ritmo, equilibrio y dinamismo. También la observación de interés que los niños vieron junto con una buena respuesta a los planteamientos sugiere que hay un buen nivel de motivación hacia esta estrategia lúdica pedagógica.
Figura 1. Resultados de la evaluación de coordinación motriz mediante danza.
Junto a los indicadores cuantitativos registrados, se observará que la participación activa en las actividades de baile fomentó una experiencia de aprendizaje colaborativo y entusiasta entre los niños. Varios de ellos mostraron mejoras no solo en sus habilidades motrices, sino también en su compromiso emocional y social en las clases de educación física. Estos cambios son transformaciones cualitativas que indican el impacto positivo integral del baile.
Tabla 1. Frecuencias observadas en indicadores de coordinación motriz.
Indicador |
Siempre |
A veces |
Nunca |
||||
Movimientos básicos al ritmo |
30 |
10 |
0 |
|
|||
Fluidez de movimientos |
0 |
5 |
35 |
|
|||
Movimientos simultáneos |
25 |
10 |
5 |
|
|||
Mantiene el equilibrio |
35 |
5 |
0 |
|
|||
Cambios rápidos de postura |
5 |
35 |
0 |
|
|||
Sigue el ritmo musical |
30 |
5 |
5 |
|
|||
Participación grupal |
35 |
5 |
0 |
|
|||
Coordinación con otros |
0 |
35 |
5 |
|
|||
Interés en la actividad |
30 |
10 |
0 |
|
|||
Responde a instrucciones |
20 |
20 |
0 |
|
|||
Elaboración propia
De los estudiantes, son aquellos con los mayores desafíos en coordinación motora quienes vieron el progreso más notable, reforzando así enfoques pedagógicos individualizados. Como educación flexible, adaptable e inclusiva, la educación en danza permite a cada niño avanzar a su propio ritmo en su aprendizaje, desarrollo de habilidades y construcción de confianza, reafirmando su estatus como pedagogía equitativa.
Limitaciones
A pesar de que los resultados de nuestro estudio proporcionan evidencia robusta que demuestra el impacto positivo de la danza en el desarrollo de la coordinación en los niños, nos gustaría señalar algunas limitaciones importantes que pueden restringir el alcance de las conclusiones. En primer lugar, la muestra estuvo compuesta únicamente por estudiantes de una sola institución educativa, lo que limita la capacidad de generalizar a otros contextos sociales, culturales o escolares.
Además, la duración relativamente corta del estudio de investigación ha creado restricciones para evaluar los efectos a largo plazo de la incorporación de actividades de danza en las estrategias de enseñanza. Un estudio longitudinal permitiría a los investigadores determinar si los beneficios observados continúan presentes o si se experimentan nuevos cambios a lo largo del tiempo (Collazo, 2002).
Quizás otra limitación fue la falta de recursos físicos y humanos para ejecutar el programa propuesto según los estándares prescritos. La disponibilidad restringida de instalaciones adecuadas sumada al personal docente calificado con formación en danza puede haber impactado negativamente la rigurosidad con la que se llevó a cabo la intervención.
Finalmente, a pesar del uso de una guía de observación estructurada y validada, los sesgos derivados de la subjetividad del observador siempre están presentes. Para futuras investigaciones se sugiere el uso de instrumentos complementarios como pruebas psicomotoras estandarizadas o grabaciones audiovisuales que permitan un análisis más objetivo y exhaustivo.
Existen otros factores ajenos a la intervención que pueden impactar la actitud de los participantes, como la situación familiar, los conflictos y el clima grupal. Si bien estos aspectos no eran parte del estudio, impactan en las habilidades motrices y en la motivación para integrar las clases de danza de manera activa.
Una observación adicional es que, aunque la guía de observación facilitó la obtención de información pertinente respecto a la coordinación motriz, no se practicaron diagnósticos clínicos o neurológicos que pudieran ofrecer mayor información sobre la evolución psicomotora de los estudiantes. La falta de un abordaje interdisciplinario con médicos y psicólogos podría resultar un obstáculo significativo en la explicación integradora del fenómeno.
Por otra parte, esta investigación no incluyó un análisis diferenciado por género ni por actividad física o artística previa en los niños. Las capacidades coordinativas pueden que se vean afectadas de manera significativa por estos aspectos, en cuyo caso se tratarían de variables relevantes para investigaciones posteriores. El control de estas variables permitiría ajustar los resultados a la realidad de cada subgrupo poblacional.
Conclusiones
La investigación permitió evidenciar que la práctica de la danza constituye una estrategia pedagógica para el fortalecimiento de la capacidad coordinativa en los niños de 7 a 9 años. Al participar en juegos de reglas definidas, los alumnos podrán mejorar el control de la percepción temporal y espacial así como la ejecución de movimientos.
Se comprobó que la danza contribuye no solo al desarrollo de las habilidades motoras, sino también de la esfera emocional y social del niño. El trabajo colaborativo, la ejecución corriente del movimiento, así como la participación activa en grupo aumentan la autoestima, la autoconfianza y el sentido de pertenencia al grupo escolar.
En este sentido, el resultado que se considera observador más notable fue el de aquellos niños que tenían el mayor nivel de dificultad en términos iniciales. Lo que refuerza, aún más, el poder inclusivo de la danza. Esta actividad permitió cubrir los Múltiples tsunamis así como las atenciones diferenciadas y eso que respetaban los ritmos, culminando, un aprendizaje significativo a las características del niño.
Por último, destaca la importancia de mejorar las políticas educativas que apoyan la inclusión de la danza dentro de las actividades que se imparten en clase de educación física con equidad en la formación y los recursos brindados a los profesores. Estas políticas no solo mejoran el desarrollo integral de los estudiantes, sino que también promueven una educación más centrada en la persona, humanitaria, inclusiva y transformadora.
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Toro-Calonje, A. (2018). LA DANZA COMO CREACIÓN DE SENTIDO. Vivat Academia. Obtenido de https://www.vivatacademia.net/index.php/vivat/article/view/1048/1539
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